Narra
Amy
Llegué
temprano al trabajo, solo había llegado James, que acababa de abrir
el café.
-¿Aún
no ha llegado Sarah?- le pregunté.
-No.
Vendrá en unos minutos. Si necesitas algo estoy en mi despacho- y
tras estas palabras se oyó la puerta cerrarse.
Me
fui a la trastienda, donde me cambié, poniéndome solo un mantel
negro que cubría desde mis caderas hasta unos centímetros encima de
la rodilla.
Al
salir, Sarah entraba por la puerta sofocada.
-¿Estás
bien?- le pregunté mientras ella se doblaba, descansando sus manos
en las rodillas.
-Sí,
es que llegaba tarde.
Parecía
una escusa más que la razón de ese estado de alarma. Como si le
fuesen a disparar en cualquier momento. Serán paranoias mías.
Cuando
las dos estuvimos listas, empezaron a entrar los primeros clientes.
Entre las dos buscábamos la llave de la caja registradora pero no la
encontrábamos.
-Voy
a preguntarle a James
-Sí,
mejor. Yo seguiré buscando por aquí- me respondió mientras yo me
dirigía a su despacho.
Moví
el pomo de la puerta sin ni siquiera llamar.
-Muy bien hecho- oí la voz de
James.
-Lo siento, no sabía que estabas
ocupado- y tras estas palabras volví a cerrar la puerta y me fui
donde estaba Sarah.
-¿Qué te ha dicho?- me preguntó
Sarah.
-Estaba hablando por teléfono.
-Pues no sé donde puede estar.
Entonces me acordé.
-Qué cabeza tengo- me dije a mi
misma- La entré en el mantel para que no se perdiera- saqué la
llave y se la entregué.
-Anda que ya te vale- dijo
mientras se alejaba para atender a algunos clientes.
¡Qué bien me caía esta chica!
Narra
Sarah
Me alejé de Amy para seguir con
mi trabajo. Pensé que me descubriría cuando se preocupó por mi
estado al llegar. Mi nerviosismo se alteró rápidamente, espero que
no lo hubiera notado. Ahora he de acercarme mucho más a ellas, y
dercionarme de que no corren riesgo alguno.
Narra
Maggie
Desayunaba tranquila con los
chicos entre risas y bromas y dejando apartada las noticias que en
este momento iluminaban la televisión. Pero en un instante dirigí
la vista hacia esta, justo cuando volvían a retransmitir la noticia
que hace poco nos alertó a todas.
-Hace unos días, la policía
detuvo a un antiguo integrante de las mafias. Se le acusa, a él y a
sus compañeros que aún siguen fugitivos, de la muerte de nueve
personas, todas de las familias Dankworth y Birdwistle, las cuales
trabajaban para ella hasta hace una década. Se han encontrado todos
los cuerpos de los familiares, excepto los cuerpos de Juliet y Noah,
las hijas de la familia Birdwistle y la hija menor de la familia
Dankworth, Leah. Esta mañana fue juzgado por el juez Castro y se le
ha condenado a cadena perpetua.
Al parecer mi rostro alertó a
los demás, puesto que las risas pararon y todos los ojos de aquella
sala se fijaron en donde mi mirada estaba puesta.
-¿Como puede haber gente que
haga eso?- preguntó Harry deshaciendo el silencio que reinaba en la
estancia.-¿Hay gente que no tiene cabeza?¿Como pueden matar a una
familia entera así sin más? Se merece la cadena perpetua que le ha
caído- escupió esas palabras con algo de amargor.
-No todos se merecen eso- un hilo
de voz salió de mi garganta. Esas palabras me habían hecho daño,
puede que Kevin fuera de ellos pero siempre nos ayudó de corazón,
hasta se plantó dejarlo y seguir con nosotras.
-¿Cómo que no?-Harry parecía
alterarse demasiado-¿No hubieras querido lo mismo para él si
hubiera sido tu familia a la que hubiera asesinado? Pues a mi sí.
-Tal vez ellos se lo buscaron-el
odio corría por mis venas hasta ser reflejado en esas palabras.
¡Maggie, callaté!¿Qué se
supone que estás haciendo? Vas a rebelarte.
-¿Cómo?- preguntaron todos casi
al unísono.
Mi nerviosismo se hacía notable
y no tenía excusa alguna que decir.
-Bu..bue...bueno, yo no sé, tal
vez,- las palabras no salían de mi boca- ellos... ehh..
Evité el contacto con sus
miradas, mientras todos esperaban mi respuesta. Miré el reloj.
-Las once- exclamé- Chicos he de
irme.
Y sin dejar que me reprocharan
nada, cogí mis cosas y salí de aquella casa para dirigirme a la
mía.
Narra Zayn
Todos nos quedamos extrañados
cuando se fue Maggie.
-Yo creo que no ha sido para
ponerse así- rompió el silencio Harry.
-¿Porqué se puso tan
nerviosa?Solo fue una noticia- repuso Liam.
-No sé- respondí mientras nos
encaminábamos todos al salón.
-¿Vamos a dar una vuelta?-dijo
Niall.
-¿A donde?- preguntó Louis.
-¿Porqué no vamos a Nando's?-
propuse.
-¿Y eso? El que normalmente
quiere ir es Niall no tú- dijo Liam.
-No sé, me apetece dar una
vuelta y ver algo por ahí.
-O a alguien- repuso Louis
moviendo las cejas.
-¿Qué?¡No!- respondí-¿Qué
insinúas?
-Que probablemente quieras ir
para ver a una chica de pelo rubio y ojos verdes- respondió Harry.
-¿Qué dices?¿A Amy?
-Si, el otro día en la fiesta se
os veía muy pegaditos- dijo Louis.
La verdad es que ese noche fue
una de las mejores. Nunca me había sentido tan bien al lado de una
chica, por no decir lo guapa que era. ¿Y esa escena de celos?¿Me
empezaría a gustar esa chica?
-¡Mirar si está más rojo que
un tomate!- exclamó Niall.
No lo había notado, pero en esos
pensamientos la sangre había subido hasta mis mejillas tornándolas
en rojo.
-¡Anda, callaos ya!- gire la
cara para tapar en lo posible mi rostro.
Después de aquella discusión,
decidimos ir hacia allí.
No tardamos más de quince
minutos en llegar, nuestro chofer nos había traído y dejado en la
puerta. Y camuflados para que la gente no nos reconociera, entramos
en Nando's. Estaba limpiando algunas mesas, mientras tarareaba
bajito. Una sonrisa estampó mi cara al verla. Sonriente,
despreocupada. Y no pude dejar de mirarla ni por un segundo.
Narra Emma
Seguía con la mirada perdida y
mis manos arrancando la hierba bajo mis pies. Todo mi mundo se
detuvo. Estaba sola en aquel bosque, tan solo acompañada por el
canto de los pájaros y el silbido del viento al pasar entre las
hojas. Los recuerdos agolpaban mi mente, rememorando momentos
felices, alguna que otra riña que siempre se solucionaba. Los echaba
tanto de menos, que si pudiera volver el tiempo atrás, lo pararía
para volver a estar con ellos aunque solo fuera un día más. Mil
lágrimas querían salir de mi ojos y la tristeza me invadía por
completo. Las horas pasaban lentas admirando aquel paisaje que
detallaba la naturaleza.
Me recosté en la hierba boca
arriba, cerré los ojos con fuerza queriendo volver a cualquier día
en los que estaba con ellos.
Flashback
Era un día en el que el sol
había salido, después de tantos días escondido entre las nubes.
-Leah- llamaba una mujer a su
hija desde el piso de arriba.
-Ya voy mamá.
La chica cogió su bolso y se
miró por ultima vez al espejo.
Al bajar, sus hermanos jugaban
entretenidos a la videoconsola y su madre la esperaba en la entrada
para salir las dos juntas.
-¿Y papá?- le preguntó a
los chicos.
Ellos la ignoraron, por lo que
ella se acercó a ellos y arrancó de golpe el cable de la
televisión, por lo que ambos chicos dirigieron sus miradas hacia
ella.
-¿Qué haces?- respondió uno
de ellos.
-¿Donde está papá?- volvió
a preguntar.
-En el despacho- contestó el
otro- Ahora vuelve a enchufar en cable que queremos seguir jugando.
La chica se apenó al oír
esas palabras.
-¿No venís?- preguntó
esperanzada.
-Claro, renacuaja. No pensarás
que nos vamos a perder el maravilloso baile que vas a hacer. Pero
iremos cuando actúes.
-Vale- una sonrisa brotó en
su cara, aunque seguía triste al saber que su padre, seguramente, no
se molestaría en presentarse al estudio de ballet.
-Emma, ¿eres tú?- y esas
palabras pararon mis pensamientos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario